RE-Comienzo

El reloj marcaba el norte y la habitación se iluminó con un folio en blanco. Las calles sólo sabían gritar que la ciudad dormía y un cigarrillo crujió al calor de la cerilla.

Así comencé un comienzo. Disfrazado, repetido y mil veces renacido. 
La duda regaba la tinta de una pluma que sólo entiende de ceros y unos mientras la mirada invisible del insomnio comenzaba a picar. Y como nicotina que abandona el pulmón, dejando tras de sí un guiño al suicidio, se escapó.

Un lugar donde guardar absurdas colecciones de palabras que no sabrían desfilar ante la multitud.
Un lugar, donde se confunde lo ético con lo furtivo. 
Un lugar, tal que así.

Bienvenido.

Las lágrimas de Isaac Asimov

Camino por la calle y apenas siento frío.
La chica que sostiene mi mano dice que me ama . Lo dice. No me alegro. Ni siquiera me enfado. Sé con toda seguridad que no quiere hacerme daño. ¿Soy un optimista? Lo dudo.
Quizás debería de sentirme culpable al contestarle con las mismas 2 mentiras que salen de mi boca. Pero a pesar de la falta de rastro en forma de vaho, que resta credibilidad a mis palabras, ella me aprieta con fuerza su mano. Ella me cree. Ella quiere creerme. Me besa y se marcha. Quizás para siempre. Solo me deja una mejilla sellada con un fin frío, húmedo y salado. Y no me acabo de dar cuenta.

Atrás quedaron miles de imágenes, sonrisas y miradas. Todas nítidas. Nunca antes, ni tan siquiera ahora, fui capaz de empañar y distorsionar cada uno de esos momentos.
Y es ahora cuando empiezo a comprender...
No vine a este mundo para amar, odiar o pensar. No vine para creer, desear o admirar. Tampoco para para envidiar, compadecer o dudar. Pero a pesar de todo, al menos me queda la esperanza de que esto empieza a darme miedo.

Mi destino

15ª reencarnación. Estoy rodeado de varios como yo. Iguales, invisibles y perdidos, formando parte de este inmenso todo, viéndonos crecer entre arrugas de algodón. Apenas unas horas para el amanecer y no tenemos nada nuevo que contar. Me aburre jugar a esperar un cambio de rumbo. Me cansa el paso del tiempo atascado en su rutina. La paciencia es una virtud impuesta que cala en nosotros como única compañía.

Las 6 A.M.
Ahí llega él, puntual como siempre, radiante e imponente.
Ella, compañera eterna de su enlace maldito, le despide cabizbaja, rendida ante su cita inconclusa. Seguida de miles de corazones entregados, musa del amor, se esconde ahogada en un mar de montañas.

Jamás llegaremos a comprender esta danza macabra que tan poco nos compete.

Hoy, esa rutina nos decepciona, por suerte, y algo nuevo nos sorprende a todos.
Hace unas horas ya que ella se marchó y aún la oímos gritar con furia en la lejanía. Cansada de todo, deja escapar su latido interno en ráfagas de pasión que iluminan lo iluminado. El flamante caballero busca consuelo entre nosotros, donde se apaga su presencia.

Mi cuerpo comienza a sentirse esclavo de una ira descontrolada y, entregados a ella, hemos sentido la necesidad de dejar de esconderle para huir a ninguna parte. Lejos de un amor que se tornó opuesto esa mañana y que nadie sabe como acabará.

No se como, ni porqué, pero en medio de ese éxodo caótico la cordura me golpea durante un instante para mirar atrás, consciente, y sentirme espectador privilegiado de un pasado tedioso que se aleja cada vez más.
Pero algo tira de mi... Un guía invisible que nos conduce a todos. Ya no tenemos vuelta atrás. Allí quedó nuestra pacífica monotonía, confortable y jamás valorada.

Es entonces cuando lo entiendo. Al parecer sí que teníamos una razón de ser. Esa pizca de esperanza se torna grandeza cuando comprendemos, al mirarnos, que juntos formamos parte de algo grande.
De alguna manera somos más que el ritmo de su música y el mejor manto en sus noches privadas. Somos compañeros de corazones activos y enloquecidos. Entregados, esperanzados, renovados y perdidos.

Pero hoy, rendidos a la más hermosa, solo fuimos la voz de sus ojos que quisieron llorar...


CHOF


16 reencarnación. Estoy rodeado de varios como yo..........